Ningún sueño puede crecer con hambre. Con tu apoyo, cada niña recibe la nutrición necesaria para desarrollarse fuerte, sana y llena de energía. Una comida equilibrada no solo alimenta su cuerpo, también nutre su espíritu con la certeza de que alguien cuida de ella.
Cada plato servido es un recordatorio de que no está sola, de que merece vivir una infancia plena y de que tiene un futuro por delante lleno de vida y esperanza.
 
 
Dietas balanceadas con proteínas, frutas y verduras.
Energía y salud para crecer fuerte cada día.
La certeza de que alguien se preocupa por su bienestar.